domingo, 25 de septiembre de 2011

Michael Jackson - "Remember the time" (1992)

Mucho había tardado Michael Jackson en asomarse por este blog. No es fácil elegir uno de sus videoclips para comentar (no duden que Jacko volverá por estos lares), así que me he quedado con uno de los que, estética y narrativamente, más me han seducido siempre: "Remember the time". Esta canción fue el segundo single de lo que yo considero como el último gran álbum del cantante, "Dangerous", antes de que los escabrosos asuntos judiciales en los que se vio envuelto le amargaran el carácter y redujeran su tremenda creatividad, al tiempo que lo volvieron aún más excéntrico.

"Remember the time" ahonda en el concepto cinematográfico que Michael tanto había perfeccionado a lo largo de la década anterior como complemento y promoción de sus canciones. Son 9 minutos de videoclip, bajo la dirección de John Singleton (nominado al Oscar por "Boyz in da hood" un año antes, pero que tampoco le hace ascos a dirigir taquillazos de mucha acción y poca introspección del tipo "2 fast 2 furious"), con un elenco de caras conocidas que ya preludiaba el estilo "amiguetes entertainment" de gente como Santiago Segura. En el apogeo de su fama, un escalón por debajo de la megalomanía, ser amigo de Jacko estaba de moda.

En una ambientación egipcia y glamourosa, donde gaticos y otros felinos eran los amos, el videoclip se inicia con unas turbulencias arenosas que nos sitúan en el contexto: un lujoso palacio real en el que los faraones se aburren y se torran de calor. El rey egipcio (durante un tiempo también lo fue de la comedia) es Eddie Murphy, y su reina, la modelo somalí Iman, señora de David Bowie, quien en los 80 mostró mejor gusto eligiendo a su esposa que eligiendo modelitos (próximamente hablaremos de ello en Milyun videos, stay tuned). Iman es, a mi juicio, una de las mujeres negras más bellas que ha pisado la Tierra.

La reina se aburre, y como aquello es el antiguo Egipto y no hay ni playstation ni Facebook ni nada, el rey va llamando bufones y otros 'entretenedores' profesionales para que le quiten el bostezo a su señora. Uno por uno los va llamando y anunciando Magic Johnson, el enorme jugador de Los Angeles Lakers, que en aquellas fechas ya había hecho pública su condición de portador del virus del SIDA. Magic se convirtió en uno de los activistas más influyentes en la lucha contra la enfermedad y contra el estigma social que entonces la acompañaba (y en cierta forma, pervive hoy).

Pero no hay forma, todos fallan estrepitosamente y eso encima les va a costar la vida (y sin cobrar, seguro). Al malabarista, que en un semáforo podría sacarse unos cuartos, lo lanzan a los leones; al tragafuego, que bien podría protagonizar una campaña de Icona, le cortan la cabeza por orden de la reina; pero entonces aparece Michael disfrazado de monje benedictino diseñado por Dolce&Gabbana, y todo el mundo lo flipa. ¿Por qué? Pues porque hace un truco que es la pera limonera: lanza una arenilla que se mueve sola, se pone encima, desaparece del interior de su capa y luego se convierte en el egipcio más blanco que se vio en el Reino Antiguo. Como para no quedarse picueto. Los efectos especiales de este videoclip han envejecido la mar de bien.

Luego hubo foto de familia para la posteridad


Llevamos 3 minutos y medio de video y ahora empieza la música. Michael luce un conjunto de camisa dorada y pantalón negro, con repecho en dorado y especie de pareo transparente, y ya que ha dejado a sus majestades con el culo torcido, empieza a cantar, más a la reina que al rey, lógicamente. Y como Michael le está cantando si se acuerda de cuando se enamoraron y la reina le pone ojitos, el rey, que será Eddie Murphy pero tonto del todo no es, se mosquea (ver plano del 3:58), y le echa encima a los guardias cuando Michael tiene la poca vergüenza de besar a Iman en la mano delante del marido.

Dado que Michael está en forma y además es un mago consumado, no tiene problemas para escapar de los fornidos guardas de palacio, que en su búsqueda pasan por un bazar y lo ponen todo patas arriba, con gran perjuicio de los comerciantes. Mientras siguen buscando, Michael baila dentro de un círculo de mujeres veladas, que encajan con el concepto exótico de todo lo que suene a Oriente Medio, pero en el Egipto del mil no se cuántos antes de Cristo, poco pintaban, la verdad.

Michael se cuela en el dormitorio de la reina, que está tumbada con actitud lánguida, pero que se viene arriba cuando ve a su amado y éste le planta un beso en los morros que la derrite (quizás éste sea el mayor efecto especial del video, porque Michael mucha pinta de apasionado no tiene).

A partir de ahí se desata mi parte favorita: la coreografía. Me embelesan, en general, las coreografías bien hechas, pero las de Michael Jackson tienen un plus de vistosidad y exigencia que encuentro fascinante. Son casi dos minutos y medio de planos ininterrumpidos de baile, de los que uno no se cansa, porque forman un crescendo coreográfico apabullante, en lo físico y en lo visual. Termina el baile y Michael se encuentra solo en palacio, pero de repente se ve acorralado entre el rey y sus guardas, y cuando parece que no puede huir, se escabulle tal como vino: convertido en un montón rodante de arena del desierto.

"Remember the time" es una delicia videográfica; tiene ritmo narrativo, sirve de soporte a una buena canción, los detalles han sido cuidados, incorpora una trabajada coreografía... Entretiene, en suma, y nos cuenta una historia en forma musical, en la línea que Michael había consolidado dentro de la industria, donde ser objeto de adoración ciega por parte de millones de personas nunca significó que se les pudiera ofrecer un producto de baja calidad.


sábado, 10 de septiembre de 2011

Beyoncé - Single Ladies (Put a Ring on It) (2008)

No soy yo muy fan de Beyoncé. En realidad no comulgo bien con la música pop más comercial de la cual la Sra. Knowles es una de sus máximas representantes. Pero debo admitir que la primera vez que vi este vídeo me quedé fascinado.


"Single Ladies" fue el segundo single de "I Am... Sasha Fierce", el tercer álbum de estudio de la tejana. Para la realización del vídeo Beyoncé se inspiró en una coreografía de Bob Fosse titulada "Mexican Breakfast" que vio en Youtube tomada de una actuación de la esposa de Fosse, Gwen Verdon, en "El Show de Ed Sullivan" en 1969.


Para modernizar la coreografía, ya que la original era muy de su época y actualmente se vería ridicula como poco, se contrató a JaQuel Knight, un coreógrafo de gran reputación que mezcló movimientos de jazz, claqué y hip-hop entre otros para obtener el resultado final y del que se rumoreó durante un tiempo que era una de las bailarinas que acompañaban a Beyoncé en el vídeo. Al parecer todo fue una de esas leyendas urbanas que corren por Internet a la velocidad de la luz. A continuación, una foto de Knight con las bailarinas del vídeo, Ashley Everett y Ebony Williams (aunque nunca se sabe porque la presencia en la foto de Ebony Williams -a la derecha- es un poco sospechosa, está como pegada de aquella manera. No sé, ahí queda la foto).






Hubiera travestismo o no en el vídeo, éste es un gran vídeo. La dirección del mismo corrió a cargo de Jake Nava (foto), un realizador británico de origen latino que ya había dirigido el vídeoclip del single anterior de Beyoncé "If I Were a Boy", curiosamente también en blanco y negro como el vídeo que nos ocupa. Nava tiene una larga trayectoria como realizador de videoclips trabajando con The Rolling Stones, Tina Turner, Atomic Kitten, Kylie Minogue o Shakira y su famosa "Loba".




Nava quería que el vídeo fuera lo menos efectista posible, de ahí el sencillo fondo blanco en contraste con los leotardos negros de las tres bailarinas (el de Beyoncé es asimétrico con el hombro y brazo derechos desnudos y enterizo por el brazo izquierdo). Al igual que el vestuario los peinados tampoco sufren alteraciones resuelto con un cardado medio bastante discreto y melena suelta.

Nava resolvió los cambios de ritmos de la canción con un sencillo oscurecimiento del plató, que llega casi al fundido en negro. Además decidió mantener casi todo el metraje el plano largo para que pudiera apreciarse en toda su dimensión la espectacular coreografía. Las excepciones son apenas de cinco segundos a partir del 1:00 y unos "zoom" bastante agresivos para resaltar el guante de titanio con anillo incluido, no podía de ser otra forma, entre ellos el del último plano. Otro momento destacable del vídeo se produce en el 2:22 cuando las tres bailarinas se dirigen a la pared y giran apoyándose en ella. No es algo novedoso (que le pregunten a Fred Astaire y a Donald O´Connor), pero sirve para darle a la coreografía un empujoncito bastante eficaz.


"Single Ladies" ganó el Premio MTV al mejor vídeo del año. Un premio que lo único que hizo fue confirmar su estatus de fenómeno a nivel global. El vídeo fue imitado hasta la saciedad destacando la parodia que hicieron en el Saturday Night Live protagonizada por la propia Beyoncé con Justin Timberlake, Andy Samberg y Bobby Moynihan como improvisado cuerpo de baile.


En nuestro país José Mota hizo un sketch con "La Blasa" imitando la coreografía y también fue muy celebrado una montaje en Youtube que certificaba que la coreografía encajaba con el "Paco Paco" de Encarnita Polo y que sirvió para sacar del (injusto) olvido, aunque fuera por unas semanas, a la musa del funklorismo.


"Single Ladies" posiblemente sea el mejor vídeoclip de la primera década del S.XXI. Y si no lo es, estará en el top 5 sin duda.



Como ya es costumbre, un bonus track. En este caso, el "Mexican Breakfast" que inspiró este vídeo (ojo al 2:22 y obviar las absurdas acotaciones, en Internet hay mucha gente aburrida).

jueves, 1 de septiembre de 2011

Queen - I want to break free (1984)

Siento debilidad por esta canción. No voy por ahí diciendo que es la mejor de Queen porque hay muchas otras candidatas a ese puesto, pero "I want to break free", por su letra y por su video, es especial.

Incluida en el disco "The Works", esta canción tuvo una cierta trascendencia en muchos países que en la década de los 80 luchaban por zafarse de regímenes poco democráticos o directamente dictatoriales, siendo singularmente apreciada por quienes entonces querían derrocar el apartheid en Sudáfrica. El video, por tanto, no fue considerado en conjunto con la canción, porque a ver cómo se lucha contra la opresión viendo a cuatro señores como cuatro castillos travestidos de marujas.

Pues de eso iba el video. La idea la tuvo Roger Taylor, que parecía el más formalito de los cuatro, quien propuso una parodia de la longeva telenovela británica "Coronation Street" para transmitir una imagen más informal del grupo, para dar a entender a su público que Queen también podía, y sabía, reírse de sí mismos. "Coronation Street" lleva en antena desde 1960, por lo que si alguien vio un capítulo en 1963 y luego ya no vio más, aún está a tiempo de reengancharse a la trama. La dirección del video fue encomendada al británico David Mallet, quien ha demostrado su pericia con artistas como David Bowie, Def Leppard, Scorpions o Luis Miguel (admirable versatilidad).

El video se inicia ubicando al espectador en la misma ambientación en que transcurre la telenovela: una clásica calle obrera de una ciudad inglesa, con sus casas de ladrillo idénticas, una al lado de otra. Vemos que una especie de cacharro despertador echa humo justo al lado de donde duerme Brian May, al que apropiadamente eligieron para que llevara los rulos; no parece una manera sosegada de despertarse y menos aún un aparato seguro para tener al lado de la cama. Brian se levanta un poco de mal humor, se enfunda unas zapatillas de peluche y baja al salón, donde se encuentra que Freddy Mercury está empezando a pasar la aspiradora. Pero no de cualquier manera, no señor, nada de ropa de andar por casa. Freddy pasa los mochos con un top ajustado, una falda de cuero, medias de rejilla y tacones (menos elevados de lo inicialmente previsto porque Freddie estuvo a esto de abrirse el melón un par de veces). Hacendoso sí, pero divino de la muerte también.





El bigote no era negociable

John Deacon, por su parte, eligió el papel más descansado e interpreta a una anciana conservadora que lee el periódico con actitud de "todo está fatal, y peor que se va a poner". Roger Taylor, mientras, está en la cocina, convertido en una 'sexy' colegiala, con un rumboso meneíllo de caderas que Queen desaprovechaba en los conciertos.

La estrella es Freddie, que nos canta sus ansias de libertad guiñándonos el ojito bajo esa peluca inenarrable mientras pasa la aspiradora con garbo y hechuras de hembra liberada (véase entre el 0:54 y el 1:00). Resulta que en el bajo de la escalera Freddie tiene un puerta a otra dimensión, en la que nos adentramos con curiosidad. Es una especie de submundo oscuro, donde un montón de gente con linternas en el casco desfila alrededor de Queen, dispuestos en rombo como ya lo hicieran en "Bohemian Rhapsody". A continuación, Freddie, al que la camisa le apretaba incluso más que los pantalones (doble cinturón para minimizar el riesgo de caída), nos canta con ese estilo tan únicamente suyo, para transformarse después en una especie de fauno - primo de Mr Spock, y frotarse un rato contra unos muchachos y muchachas que andaban por allí vestidos con mallas moteadas. Ya en harina, Freddie se hincha a uvas, pero sin usar las manos, en un claro alegato a favor de la fruta.


La coreografía que vemos a continuación, en la que Mercury es llevado por varias personas y luego "rueda" sobre ellas, no salió de la nada. Fue concebida por Wayne Eagling, entonces uno de los cabezas del Royal Ballett (alguno de los bailarines también se apuntó al bombardeo), un colaborador habitual de Freddie en todo lo que supusiera baile, ya que si bien el cantante era un intérprete nato y una bestia sobre el escenario, las coreografías preparadas se le atragantaban. Ignoro qué querría decirnos Queen con esta parte del video, aunque me inclino a pensar que la belleza plástica y onírica de las imágenes resultantes ya era bastante mensaje.

El video retorna a la realidad de la falsa Coronation Street, nos devuelve a la vida cotidiana de esa ama de casa aburrida y sus compañeras, cada una a lo suyo mientras Freddie insiste en que quiere romper y ser libre.

En los Estados Unidos (recuerden: años 80, Ronald Reagan, sitcoms ñoñas), este video estuvo vetado en la MTV y otras emisoras musicales, a pesar de ser una parodia inteligente y divertida, y sobre todo, una grandísima canción.