sábado, 2 de febrero de 2013

M.I.A. - "Bad girls" (2012)

Sri Lanka es un país que está ahí y que parece que no hace ruido, pero del que ha salido una cantante con una interesante proyección internacional como es Mathangi "Maya" Arulpragasam, más conocida como M.I.A., que si bien nació en Reino Unido, pasó la mayor parte de su vida en el pequeño país asiático.

Tras hacerse un nombre en los circuitos alternativos con una música en la que combina el dance, el hip hop o la electrónica, destacando el pelotazo "Paper planes", en 2012 publicó el album "Matangi", en el que se incluye este "Bad girls", cuyo video me cautivó desde la primera vez que lo vi por la audacia de su planteamiento.

Pero para M.I.A. los videoclips cañeros no eran novedad. Ni para ella ni para el director de "Bad girls", el griego Romain Gavras (hijo del director Costa-Gavras, por cierto). Ambos habían trabajado juntos en el video de "Born free", una contundente denuncia en 9 minutos de las persecuciones por motivos raciales y étnicos, tan plagada de violencia que YouTube tuvo que retirarla y ahora puede encontrarse en Vimeo. En este video, unos policías norteamericanos desarrollan una redada en un edificio contra personas pelirrojas, a las que luego llevan a un descampado para ejecutarlas o hacerlas correr por un campo de minas. La coincidencia de este videoclip con las ejecuciones extrajudiciales de guerrilleros tamiles por parte de la policía de Sri Lanka contribuyó a engrandecer la polémica alrededor del video.

Por tanto, como vemos, para M.I.A. el activismo social no es un pose ni una moda, sino algo que forma parte de su manera de entender su función como artista y cantante. "Bad girls" aborda la represión de las mujeres tomando como punto de referencia una de las discriminaciones más absurdas que sufren en: la prohibición de conducir que rige en varios países del Golfo Pérsico, principalmente en Arabia Saudí.

El video fue rodado en Marruecos para evitar problemas con las autoridades religiosas, pero recrea el típico paisaje de los países antes mencionados. Aquí no se desarrolla ninguna historia en la que las mujeres vayan tomando conciencia de su poder; al contrario, el video entra a saco con mujeres directamente sentadas al volante o armadas con fusiles AK-47, en actitud abiertamente desafiante, como quien dice "no pienso pedirte perdón ni agachar la cabeza por tener vagina". Y todo ello contrasta con el hecho de que las mujeres que aparecen en el video, salvo la propia M.I.A., acatan el código de vestimenta musulmán más estricto, todas lucen vistosos niqabs que sólo dejan a la vista sus ojos muy maquillados, símbolo claro de rotunda femineidad.

 Porque en ningún videoclip ambientado en Oriente Próximo puede faltar un pozo de petróleo ardiendo y una columna de humo

Las conductoras entretienen a los hombres, tocados con kefiyas en su mayoría, que abarrotan los márgenes de la carretera para verlas competir en velocidad y acrobacias al volante. El plano del 0:37, en el que las mujeres asoman medio cuerpo con la ventanilla, puño en alto, es altamente sugestivo. Cabe decir que en el video aparecen Mercedes, BMW, Land Rover y Alfa Romeo.

Ellas llevan niqabs, pero M.I.A. va como la espantaja de los melones, haciendo que Lady Gaga nos parezca hasta sosita

Nos podrá parecer una tontería, pero este plano, por ejemplo, es incendiario e intolerable en alguno de los países más misóginos del mundo, donde la religión es la excusa para disimular el pánico que siente el patriarcado ante la posibilidad de que las mujeres tomen sus propias decisiones:


Y ya puestos a cabrear a la Dirección General de Tráfico saudí, hagámoslo con estilo y creatividad:


Y esta exhibición no se limita al día, para la noche también tenemos coches transparentes y M.I.A. un modelazo acorde a su concepto de la elegancia:


Hacia el final del video podemos observar cómo los hombres adoptan un rol más activo, bailan y conducen y se acercan a las mujeres, aunque sin mezclarse demasiado.

Pienso que este video es una valiente reivindicación del poder y la autonomía femeninas, tanto en aquellos sitios donde están más ferozmente reprimidas, como en aquellos otros donde las batallas no son tan evidentes, pero hay que seguir peleándolas.

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